12/09/2021Generales
En esta fecha especial, 11 de septiembre en que se celebra el Día del Maestro en Argentina, queremos recordar a grandes maestros de la arquitectura de nuestro país. Mujeres y hombres que atravesaron nuestra historia por sus obras.
En esta fecha especial, 11 de septiembre en que se celebra el Día del Maestro en Argentina, queremos recordar a grandes maestros de la arquitectura de nuestro país. Mujeres y hombres que atravesaron nuestra historia por sus obras.
Uno de los maestros de la arquitectura moderna en Argentina. Desempeñó una importante labor como docente y en 1976 fue designado miembro numerario de la Academia Nacional de Bellas Artes de Argentina.
La variada huella teórica y material en la arquitectura de Eduardo Sacriste ha dejado un importante legado en los estudiantes de arquitectura y sus profesionales argentinos. Su obra, que se desarrolló entre la práctica y la enseñanza, evidencia a un arquitecto encuadrado en las tendencias del movimiento moderno pero que valora la arquitectura local y las costumbres de sus habitantes.
Poniendo un particular foco de atención en la capacidad de la arquitectura como medio para la transformación social, sus atenciones se enfocaron en la vivienda popular y vernácula Argentina. Los proyectos que desarrolló se encuentran principalmente en la provincia de Tucumán, y son el resultado de un equilibrio entre la sencillez, la eficiencia y la reflexividad. A partir de esto, consideraba que la arquitectura debía responder a los modos de vida de las personas y no a las características distintivas del autor en la arquitectura. Una arquitectura que demuestra humildad, que trabaja con el sentido de la razón y la economía.
Mario Roberto Álvarez fue seguidor de los principios del racionalismo y se convirtió en uno de los arquitectos contemporáneos más prolíficos y exitosos de Argentina y América Latina.
En 1936 egresó de la Facultad de Arquitectura de Buenos Aires con la Medalla de Oro. Su formación académica continuaría con un viaje de estudios a Europa, que pronto lo llevó a convertirse en miembro honorario del American Institute of Architects de Estados Unidos. De la misma forma obtuvo importantes reconocimientos como el Premio Cincuentenario en reconocimiento a las tres mejores obras de los últimos 50 años: el Teatro Municipal General San Martín (1960), el edificio IBM (1983) y el edificio SOMISA (1966), todos en Buenos Aires.
Como creador, concibe la obra arquitectónica como una bella arte habitable. Quizás, el rasgo más característico de su obra sea la coherencia de sus ideas a lo largo de su extensa trayectoria de siete décadas. El movimiento moderno es en el que se ve reflejado Álvarez. Las características de su arquitectura cumplen generalmente la de este.
Las características prominentes de la arquitectura moderna incluyen los planos abiertos de planta interiores con un menor número de paredes y materiales de construcción externo de vidrio y acero. . Álvarez aseguró que no usaba la curva en sus construcciones y se puede apreciar el equilibrio geométrico esquemático de sus líneas.
Sin dudas, un maestro al que la arquitectura enaltecerá siempre, y del que aprenderemos por muchos años más.
Sin dudas, de este maestro de la arquitectura argentina reconocemos la Bóveda Cáscara, un sistema de hormigón armado diseñado por él y que, en virtud de su forma, es capaz de soportar cargas extraordinarias y de mantenerse en equilibrio autónomamente – es decir que no necesita otras piezas para sustentarse salvo su propia y única columna -, ofreciendo a la vez muy poca resistencia al viento.
Aunque nació en la provincia de Santa Fe, sentimos a Eduardo Larrán como salteño, ya que vivió toda su vida en esta provincia. Tras su nacimiento, su familia salteña retornó inmediatamente a Salta, donde este maestro de la arquitectura pasó la mayor parte de su vida.
Siendo adolescente despertó ya su vocación por los temas relacionados por la arquitectura. Estudió en la época de oro del Instituto de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de Tucumán, graduándose en 1959.
Larrán fue un pionero y generó un impacto en el espíritu conservador de la arquitectura salteña, generando un equilibrio entre el “estilo colonial” de las construcciones, en abierta oposición a la evolución tecnológica y los cambios permanentes en los modos de vida.
Las bases de la arquitectura de Larrán la constituyen: la localización, las orientaciones y las visuales de sus edificios. La vasta obra del arquitecto salteño abarca desde viviendas unifamiliares hasta urbanizaciones que incluyen viviendas individuales, colectivas y de interés social; escuelas, hoteles, bancos y edificios comerciales.
Su arquitectura evoca a dos grandes maestros del Movimiento Moderno. Mies Van der Rohe está presente cuando plantea en sus viviendas las áreas de estar abiertas al paisaje, como en la Casa Tugendhat. La evocación a Le Corbusier está presente en el Monoblock Salta, apoyado sobre “pilotis” como Unité d’habitation de Marsella.
Eduardo Larrán se entregó a sus obras y su arte. Por eso le rendimos un homenaje a este maestro, que tuvo la valentía de crear arquitectura de este tiempo en una Salta colonial, y permanecer hasta la actualidad como mente maestra.
Nació en Benevento, Campania, Italia; sin embargo llegó a Argentina con pocos meses de edad, y vivió toda su vida en nuestro país. Sus biografías afirman que en su niñez le gustaba construir barcos y por ese motivo pensó que la ingeniería naval sería su destino.
Primero se orientó por ingeniería electromecánica, con la intención de acceder a la escuela de Ingeniería Naval en la Universidad de La Plata. Sin embargo, ingresó luego a la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires, y se graduó como parte de la primera camada de la nueva Facultad de Arquitectura y Urbanismo en 1948.
Influido por Le Corbusier, trabajó como dibujante junto al equipo Austral formado por Ferrari Hardoy, Vivanco y Antonio Bonet, quienes desarrollaron el Plan Regulador de la Ciudad de Buenos Aires.
La extensa y variada obra en Argentina del arquitecto Clorindo Testa evidencia un interesante abanico por el cuál él se consolidaría como una de las figuras más importantes que posee la arquitectura de este país.
Conocer los proyectos de Clorindo Testa, que abarcan desde el ámbito público -como la Biblioteca Nacional y el Balneario La Perla- hasta el ámbito privado -como el Banco de Londres y una considerable cantidad de viviendas- es necesario para mantener en nuestra memoria la producción de la arquitectura local en Argentina.
El 27 de noviembre de 2019 fueron declaradas “Monumento Histórico Nacional” cuatro importantes obras de la arquitectura brutalista de Argentina: la Biblioteca Nacional Mariano Moreno, la Escuela Superior de Comercio Manuel Belgrano, el Palacio Municipal 6 de Julio y la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Mendoza.
Es una de las primeras mujeres arquitectas de Argentina. Se graduó en 1935 en la “Escuela de Arquitectura” de la Universidad de Buenos Aires, perteneciente en esa época a la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales; y al poco tiempo viajó por Europa junto con sus compañeros de curso, entre los que se contaban Jorge Ferrari Hardoy y Juan Kurchan, futuros creadores del Grupo Austral. Ambos se quedaran en París para trabajar en el taller de Le Corbusier y asistirlo en la elaboración del Plan Director de Buenos Aires (1937).
El urbanismo fue para ella uno de sus temas esenciales y fue discípula de uno de los primeros urbanistas argentinos, el ingeniero urbanista Carlos María Della Paolera. Trabajó en organismos estatales relacionados al diseño de la ciudad. En 1945 realizó junto a Horacio Nazar, una propuesta de urbanización del Bajo Flores por la que obtuvo Primer Premio del VI Salón de Arquitectura.
Carta de Itala Fulvia Villa a Juan Kurchan y Jorge Ferrari Hardoy, 1938. Cortesia Gonzalo Fuzs: “Y total cada vez más hay que pensar que hay que moverse y que hacer algo y poner algo de nosotros mismos para tratar de iniciar un movimiento de reacción contra los mismos jóvenes que tienen el alma vieja, que necesitan impregnarse de conceptos “modernos” no solo en las formas artísticas sino en la misma vida!”
Una pionera, maestra de la arquitectura argentina.
Fue una arquitecta y urbanista argentina, exponente y maestra de la arquitectura argentina. Vicepresidente de la Sociedad Central de Arquitectos y miembro de la Subcomisión de Urbanismo y el Colegio de Jurados y Asesores en Urbanismo de dicha entidad. También, secretaria de Investigación y Posgrado en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (Universidad de Buenos Aires) y profesora Emérita de la misma facultad; consultora de las Naciones Unidas en Planeamiento y Diseño urbano en la Argentina y en otros países de América Latina. Integró diferentes grupos de profesionales que estuvieron involucrados en los planes urbanos para la ciudad de Buenos Aires entre 1948 y 1985.
La búsqueda de un desarrollo equilibrado del área central de la ciudad, la zona sur y sus bañados fueron centrales en sus intereses y preocupaciones, de la que deriva la propuesta para el barrio “Casa Amarilla”, un conjunto de 15.000 viviendas y equipamientos sociales. Este barrio seguía las ideas del urbanismo post-CIAM que había visto desarrollar en Gran Bretaña (en 1964 ganó la beca OEA para estudiar planeamiento regional en ese país) como la separación de circulaciones peatonales y vehiculares, generar “variedad y orden planificado” dentro de “una organización plástica-funcional coherente”. Este proyecto no salió adelante, aunque si se construyeron Catalinas Sur y Lugano I y II que corresponden al mismo período.